El panorama crítico de la economía latinoamericana
Durante los últimos años, América Latina y el Caribe han enfrentado una compleja situación económica, con un crecimiento más lento de lo esperado, tanto en los países desarrollados como en las economías emergentes, que se han visto conmovido, además, con la volatilidad de los mercados internacionales.
Sin embargo, esta región juega un papel fundamental en la economía global debido a que cuenta con características particulares en temas de diversidad cultural, social y demográfica que hacen que sea un territorio importante para los países de otros continentes. Estos factores hacen que se puedan desarrollar actividades productivas que en otras partes del globo encuentran un panorama hostil.
En los países de la región, durante 10 años se vivió un optimismo significativo que hizo que América Latina se destacara como una de las economías más fuertes del mundo gracias a los factores que juegan a su favor para sustentar una proyección favorable a futuro. Muchos de los países tienen todas las posibilidades de convertirse en economías fuertes que impulsen el crecimiento de la zona y la puedan transformar en un poder económico regional.
Pese a esto, la baja de los precios de las materias primas ha generado una desaceleración pronunciada de la economía de la región, debido a que los commodities son el principal motor económico de la mayoría de los países que la componen.
Además, la economía global no ha sido de gran contribución al crecimiento de la región dada la desaceleración del comercio y las actividades como la influencia externa de tensiones comerciales que afectan el motor de la economía latinoamericana.
Por otra parte, debido a los acontecimientos políticos recientes en la región, como la crisis venezolana y el éxodo de sus ciudadanos hacia los países vecinos y el desgasto de las grandes economías de Brasil, México y Argentina, las economías latinoamericanas se han visto golpeadas por lo que desde el exterior se ha menguado la imagen potencial que se tenía de la zona.
No obstante, algunos países presentan complejidad, hasta mediados de 2019 existían expectativas positivas dentro de la región, específicamente en Colombia, Perú, Chile y Bolivia; sin embrago, con las recientes complicaciones políticas que desencadenaron enfrentamientos violentos y que terminaron en declarar estado de emergencia en Chile y la renuncia del presidente en Bolivia, la perspectiva de la región se agudiza.
Estos dos países (Chile y Bolivia) que se han reconocido por tener economías y políticas maduras y por tener el crecimiento más fuerte que el promedio regional en los últimos años, se han visto envueltos en una agitación característica de América Latina, que ha golpeado fuertemente la economía local y regional. Algo que no resulta extraño para los ciudadanos; incluso, en la última encuesta del Latinobarómetro –ONG que analiza la opinión pública en la región– se evidencia que desde el año pasado la mayoría de los latinoamericanos veían su futuro económico más sombrío que en cualquier otro momento en los 23 años que se ha realizado el sondeo.
Sin embargo, no todo es malo, como menciona el diario El País: “el frenazo de las grandes potencias regionales se ve compensado, solo parcialmente, por dos economías grandes, Colombia y Perú” que se espera que mantengan su vigor por los próximos dos años.
Por una parte, la economía colombiana ha crecido durante el 2019, aunque un poco menos de lo esperado por los analistas financieros, sin embargo, como menciona el empresario Efrén Cardona, el país está a la espera de que el que ha sido el motor de la economía –el sector de la construcción– se reactive con el avance de las nuevas obras de infraestructura que se desarrollarán en el país, así como de las concesiones de las 4G, la construcción del metro de Bogotá y las grandes obras de las ciudades principales.
De la misma forma, la economía de Perú ha tenido un leve crecimiento, en donde, contrario a lo que sucede en Colombia, es el sector de la construcción el que mayor aceleración ha tenido. El país se encuentra a la espera de las medidas de la corte social del gobierno y a la inversión de 4.000 millones de dólares para reactivar proyectos de infraestructura pública.
Mientras tanto el panorama no es alentador; aunque hace algunos años América Latina era reconocida como una fuerte economía en el mundo, en la actualidad la desconfianza es tal que muchos creen que la región está en riesgo de repetir la crisis de la década pérdida.
Fuentes:
• CEPAL
• El País
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