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Seguramente si usted tiene una empresa o está pensando en crear una, habrá escuchado previamente acerca des los pasivos y activos, y es que ambos resultan muy importantes para la economía y recursos financieros de las compañías. Por eso, en la siguiente nota le daremos a conocer en qué se basa cada concepto y la mejor manera de manejarlos. ¡No deje de leer!
Los activos son los bienes, derechos y otros medios de los que las corporaciones disponen como muebles, oficinas, equipos informáticos, etc. Básicamente, son los recursos del propietario de la compañía.
Ahora bien, cada activo por lo general recibe un valor monetario, de acuerdo a la situación en la que esté, y depende de diferentes criterios como:
- Coste histórico.
- Valor razonable o actual.
- Coste de venta o Coste amortizado.
- Valor contable o Valor residual.
Se tratan de los activos que no fueron obtenidos a través de ventas o comercialización. Es decir, no cuentan con la suficiente capacidad para convertirse en valores cuantificables, o no al menos de forma directa. Un ejemplo claro son las maquinarias, sistemas informáticos, bienes inmuebles, entre otros.
Estos activos ayudan a determinar el estado de la situación financiera de la empresa, pues son más dinámicos que los de tipo fijo. Generalmente, tienen la facilidad para traducirse en valores monetarios o cuantitativos, por ejemplo, las existencias con las que cuenta un negocio para su distribución, comercialización y venta.
Los pasivos hacen referencia a las obligaciones de las empresas como las deudas que tienen. De la misma forma, se relacionan con la previsión de los gastos futuros. Para estos existe una clasificación que se divide en: pasivo no corriente y pasivo corriente.
Es el pago que no debe realizarse en un periodo inferior a un año, es decir, se trata de una obligación a largo plazo. Para financiarla, usualmente las empresas tienen la opción de pedir un préstamo con el fin de poder financiar la deuda adquirida. Además, dentro de sus aspectos se encuentran:
- Provisiones a largo plazo.
- Deudas a largo plazo.
- Deudas con empresas del grupo y asociados a largo plazo.
- Pasivos por impuesto diferido.
- Periodificaciones a largo plazo.
Este representa todas las deudas y obligaciones que se saldan en un periodo inferior a un año, es decir, a corto plazo, y están compuestas por:
- Pasivos vinculados no corrientes.
- Provisiones a corto plazo.
- Deudas a corto plazo.
- Deudas con empresas del grupo y asociados a corto plazo.
- Acreedores comerciales y otras cuentas a pagar.
- Periodificaciones a corto plazo.
Con lo descrito hasta aquí, ahora ya conoce la importancia de los activos y pasivos de una empresa. Si desea recibir más información que le beneficie a la suya, le invitamos a que reciba novedades sobre la actualidad empresarial suscribiéndose a nuestro website. Recuerde que en nuestro blog de tendencias empresariales estará al día en las noticias corporativas.